Si estás viendo esto un domingo, lunes o jueves y vives en Estados Unidos, es muy probable que esta noche estés viendo el fútbol de la NFL. Veinte millones de personas de media sintonizan estos partidos, yo incluido. ¡Vamos, Eagles! Creo que fue mi mujer quien captó el porqué: Los jugadores de fútbol americano son, sencillamente, los mejores atletas que existen en términos de capacidad global: fuerza, velocidad, potencia, etc.
Pero es difícil disfrutar plenamente de los partidos si se ha leído un poco sobre la encefalopatía traumática crónica (ETC ) y el efecto que estas colisiones tienen en las personas que juegan al fútbol profesional.
Un reciente estudio de autopsias de la Universidad de Boston examinó los cerebros de 376 ex jugadores de la NFL; 345 de esos cerebros tenían evidencia de ETC. Eso es el 92%.
Por supuesto, el sesgo de selección está en juego aquí; los jugadores de la NFL que donan sus cerebros a la ciencia después de su muerte probablemente lo hacen por una razón. Pero cada vez es más difícil negar que existe una clara relación entre el juego en la NFL y lo que equivale a daño cerebral, al menos cualitativamente.
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