La COVID-19 puede implicar persistencia, secuelas y otras complicaciones médicas que duran semanas o meses tras la recuperación inicial. El objetivo de esta revisión sistemática y metaanálisis es identificar estudios que evalúen los efectos a largo plazo de la COVID-19. Se realizaron búsquedas en LitCOVID y Embase para identificar artículos con datos originales publicados antes del 1 de enero de 2021, con un mínimo de 100 pacientes. Para los efectos informados en dos o más estudios, se realizaron metanálisis utilizando un modelo de efectos aleatorios utilizando el software MetaXL para estimar la prevalencia agrupada con un IC del 95%. Se siguieron las directrices PRISMA. Se identificaron un total de 18.251 publicaciones, de las cuales 15 cumplían los criterios de inclusión. Se estimó la prevalencia de 55 efectos a largo plazo, se realizaron 21 metanálisis y se incluyeron 47.910 pacientes (con edades comprendidas entre 17 y 87 años). Los estudios incluidos definieron los efectos a largo plazo como aquellos que oscilan entre 14 y 110 días tras la infección vírica. Se estimó que el 80% de los pacientes infectados con SRAS-CoV-2 desarrollaron uno o más síntomas a largo plazo. Los cinco síntomas más frecuentes fueron fatiga (58%), cefalea (44%), trastorno de la atención (27%), caída del cabello (25%) y disnea (24%). Los equipos multidisciplinares son cruciales para desarrollar medidas preventivas, técnicas de rehabilitación y estrategias de gestión clínica con perspectivas integrales para el paciente, diseñadas para abordar la atención a largo COVID-19 plazo.
Fuente: Nature.com
